Cuento de terror en el que una pareja de investigadores de fenómenos paranormales ayuda a una familia con cinco hijas en una casa encantada en Rhode Island en 1971. James Wan sigue el ejemplo de The House of the Devil (2009) de Ti West. No sólo ambienta el relato en el pasado reciente, sino que también adopta el estilo y las poses de los films de terror de esa misma época. El resultado no es tan estimulante porque las pretensiones y el alcance del producto son otros. Pero no deja de ser un válido intento de aproximar el cine de terror a herramientas narrativas y estilísticas más nobles que las que estamos acostumbrados a ver en estos días. Más allá de que la presencia de la pareja de investigadores agrega cierto elemento distanciador hacia lo sobrenatural, Wan no puede modificar del todo la previsible progresión de la historia. Algunas soluciones efectivas en las secuencias de indicios, a partir del excelente uso de las niñas actrices, van dejando paso a una trama poco inspirada de posesión de la madre, con exorcismo improvisado incluido en el sótano de la casa. Wan de a poco se va convirtiendo en uno de los directores de terror más exitosos del Hollywood actual, pero cada vez está más lejos de confirmarse como un autor dentro del género.