Cuento de terror en el que un grupo de científicos americanos encuentran una criatura marina prehistórica en el río Amazonas. La película es uno de los films de terror más bellos de la década de 1950 porque relativiza el enfrentamiento del hombre (superior, en la superficie) y del monstruo (inferior, en la profundidad). La criatura tiene aspecto antropomorfo. Sus apariciones están muy bien dosificadas. Todos sus ataques son fuera de su hábitat natural (salvo el último). La resolución es trágica porque como King Kong (1933) lo que Jack Arnold está narrando en el fondo es una historia de amor imposible.