Policial en el que un detective investiga el asesinato de una joven que puede involucrar a unos políticos en New York. Si bien las situaciones, los personajes y los diálogos de los primeros cinco minutos hacían prever lo peor, el film realmente funciona. En ningún momento pierde la coherencia narrativa (todo es observado desde el punto de vista del protagonista). El atractivo trabajo de fotografía con el color le da un tono etéreo y metálico a la puesta en escena. Y la gran actuación de Tom Berenger es capaz de sostener el peso del relato (de sólo verlo con modernos anteojos de sol o encenderse un cigarrillo en un sillón nos damos cuenta de que está más allá del bien y del mal). Cardone repasa una larga tradición genérica que va del policial como instrumento para desenmascarar las lacras sociales al film noir con una femme fatale no muy bella pero irresistible, del giallo con sus tramas de sexo y chantaje a Chinatown (1974) con sus conspiraciones y el barrio chino de fondo. Su enfoque por momentos está cerca de Schrader o Ferrara en cuanto a la introspección del protagonista y algunos temas tratados. Es una lástima que la parte media sea un poco farragosa y que en el final se desentienda del compromiso. La imagen del protagonista reinsertándose en calle y perdiéndose en la multitud es decepcionante. Pese a que el producto está condenado de antemano a perderse en el video, es un film más que competente.