Comedia de terror en el que el dueño de un restaurant egipcio mata y mutila a mujeres en Miami. Los asesinatos son presentados de una forma tan precaria y tan poco enfática que funcionan como comentario de la delicadeza pastelera y la falsa inocencia de la sociedad americana de fines de la década de 1950 y principios de la década de 1960. Los cuatro asesinatos, pese a no tener planos explícitos del cuchillo cortando la piel, muestran una enfermiza imaginería sangrienta (la cabeza despellejada, los ojos y la lengua mutilados).