Tercera parte de Phantasm (1979) en la que los dos amigos vuelven a enfrentarse al Hombre Alto en California. Aunque agrega un sentido del humor un poco más autoconsciente, el film sigue el esquema de la segunda parte y se convierte en una peculiar mezcla de terror y road movie. El resultado es un entretenimiento puro de principio a fin. A la habitual presencia del Hombre Alto, los enanos y las esferas voladoras se le suman en esta ocasión unos zombis y un pequeño bicho. Las pesadillas resultan surrealmente cómicas y la inclusión del personaje del niño no es sinónimo de suavizar la historia.