Cuento de terror en el que un adolescente llega a una nueva escuela en la que desaparecen estudiantes en un pequeño pueblo de California. El film tal vez la mejor de las producciones de Rapid Heart de 2001. Lo que arranca como un típico slasher adolescente deriva en un concepto más surreal y fantástico que desliza una mirada crítica despiadada hacia la escuela y la educación. Los diálogos cortesía del guión de Matthew Jason Walsh elevan el film a otra dimensión. Algunos apuntes en las actuaciones, en el vestuario y en la proxémica de los personajes remiten a los films de Richard Linklater. La escena en que la chica se acerca al protagonistas mientras él está recordando un suceso traumático es llamativamente emotiva. Y la escena de sueño combina hábilmente los residuos diarios con una poderosa fuerza sexual. Los diez asesinatos son moderadamente gore, pero es una lástima que DeCoteau inserte uno molestos fogonazos blancos. Pero lo mejor resulta la idea del limbo como las instituciones de transición en la cualquiera de las dos salidas significa la muerte. DeCoteau ahora sí le da un nuevo look al terror. Lástima que pocos se dieron por enterados.