Psycho thriller en el que grupo de amigos festeja un cumpleaños y ven su casa invadida por unos criminales que vivían antes allí en Stonewall, Manitoba. Remake de Mother’s Day (1980). Finalmente tenía que llegar. La ola de remakes de films de terror de las décadas de 1970 y 1980 alcanzó a Troma, la única compañía que podía mantener cierta militancia e independencia a ultranza. Luego del experimento que significó Repo! The Genetic Opera (2008), Bousman vuelve al torture porn para seguir ejerciendo la violencia (más que nada sobre el espectador). Porque los montajes paralelos y concurrentes nunca encuentra una figura, porque el guión acumula tantas contracciones que uno pierde la cuenta y, especialmente, porque los personajes recién empiezan a morir en la última media hora (viendo este film entendemos por qué Sean S. Cunningham era al menos un director honesto). Así, queda expuesta la futilidad del subgénero del torture porn. Si en algún momento Bousman parece encontrar primeros planos con valor afectivo para el relato o representaciones teatrales (cuando los personajes deben engañan al policía) que conectan vagamente con el realismo de la situación, rápidamente se olvidan. Bousman podrá tener algún talento. Pero hasta ahora lo esconde muy bien. Por el momento es el director más torpe del splatter pack.