Crying Freeman (1995)

Thriller de acción en el que un asesino samurái que trabaja para la mafia china debe matar a una testigo en Estados Unidos y Japón. El film es uno de esos pastiches multigenéricos y multiculturales en el que se dan cita Le samouraï (1967) de Melville, John Woo y las artes marciales, que en manos de Tarantino son festejados. Aquí Gans no puede sostener el artificio más allá de la primera hora de duración con sus travellings y fundidos. La segunda parte en Japón es tan anémica como rutinaria.