Cuento de terror en el que una pareja que perdió un embarazo se muda a una casa en el campo en la que hubo varios asesinatos a lo largo de su historia en el estado de New York. Luego de dos ejercicios en el terror adolescente, Gierasch prueba suerte con una película de fantasmas más seria. Más allá de que el título y el comienzo apuntan hacia el body horror, el film es una clásica historia de casa encantada a la que una pareja de clase media se muda, Burnt Offerings (1976) y The Amityville Horror (1979), con la restricción en este caso de que no tienen hijos. Pese a la poca ayuda de su actriz principal, Leisha Hailey (el gesto que hace cuando se presenta ante el historiador del pueblo es descalificador para su personaje), Gierasch hace un muy buen trabajo durante la primera hora del film. Muestra una transparencia visual, un ojo para la composición y una ausencia de adornos manieristas que pocos de sus compañeros generacionales en el género de terror poseen. El problema (que ya es recurrente en su obra) es que sus películas se agotan mucho antes de la finalización. Y en este caso se agrava porque los films de fantasmas en casa encantada inevitablemente se vuelven redundantes en la presentación de indicios hasta que los personajes deciden abandonar la casa o enfrentarse a la amenaza. Gierasch evita el giro ingenioso con que muchas historias de fantasmas tratan de ganarse al público, The Sixth Sense (1999) y The Others (2001), pero cómo resuelve la historia tampoco resulta demasiado convincente por la condescendencia que muestra hacia su protagonista.