Drama en el que el dueño de un fábrica sufre el secuestro de su hijo y planea quedarse con el dinero del rescate para salvar a su negocio en Parma. Bertolucci utiliza una premisa argumental propia del policial para hacer un drama humano con excelentes actuaciones y un análisis crítico de la relación entre el capitalismo y el terrorismo. En la resolución aparece el suspenso en la secuencia de entrega del dinero y el título adquiere todo su sentido.