Drama en el que una mujer esclavizada por su esposo y su suegra es violada en su casa por un ladrón del que se enamora en una ciudad de Japón. Imamura expone las contradicciones del deseo a la vez que hace una pintura crítica del sistema patriarcal japonés. La heroína se construye de a poco, en el poco espacio y con el poco margen de maniobra del que dispone. Hay una constante sensación de agobio y de claustrofobia que por momentos bordea el terror.