Drama en el que una joven ingresa a un convento de monjas y se obsesiona por rehabilitar a una mujer criminal que viene de la cárcel en Francia. Ya desde su debut, Robert Bresson muestra señales de su estilo en cuanto a la austeridad, a la sobriedad y al minimalismo de la puesta en escena (en especial en la escena del tiroteo). La resolución en la que la culpable se entrega sería tomada por Aki Kaurismäki en The Match Factory Girl (1990).