Historia de amor y fantasmas de un relojero se encuentra con una extraña mujer en Paris. Rivette crea climas absorbentes y extraños recurriendo sólo a los silencios, al sonido del ambiente y a los sigilosos movimientos de cámara. A la vez que reflexiona sobre el tiempo (en la casa donde transcurre la acción el tiempo parece detenido) y la memoria (los personajes no recuerdan u olvidan ciertos hechos). El film hace un particular retrato de la figura del fantasma: no sangra, sufre extraños ataques, tiene un gesto que borra la memoria. Resulta saludable que Rivette muestre semejante vitalidad, optimismo y lucidez para tratar temas como el amor y el tiempo.