Drama en el que una compañía de teatro de un pueblo de China debe adaptarse a los cambios culturales de la década de 1980. Decisiones estéticas como los planos generales largos, los pocos y suaves movimientos de cámara o una narrativa lineal pero episódica tratan de englobar lo general y particular. Pero sólo se queda con lo primero. Al menos la mirada de Jia es suficientemente lúcida para relativizar el impacto del cambio (se da con naturalidad) y del progreso (los problemas siguen siendo los mismos). Sólo en un par de escenas (la protagonista recibe la negativa por parte de su amiga y la pareja descubierta viviendo junta por la policía) puede fusionar las dos miradas.