Thriller en el que un periodista americano investiga un asesinato que involucra a su amante en Berlin en julio de 1945. El film es otro experimento de Soderbergh para matizar la frivolidad de la saga Ocean’s Eleven (2001-2007). En este caso la operación retro, nostálgica y anacrónica trata de recrear la estética de los films de la década de 1940 a partir de la fotografía en blanco y negro, de la estética, de la música y de las actuaciones. Sin duda que las imágenes aprovechan los bellos contrastes de la iluminación, que George Clooney y Cate Blanchett tienen aura de estrellas del Hollywood clásico y que el guión toca temas atractivos con inteligencia. Pero allí donde la utilización de las sombras seguía un motivo, los actores representaban más allá de sí mismos y la progresión narrativa tenía un razón, aquí todo deviene en puro artificio. Es que el film es incapaz de respetar el punto de vista del thriller y de sostener la tensión más allá de la primera hora (aunque al final un poco repunta). La película es una pequeña curiosidad que a causa de la cobardía y la complacencia resulta inofensiva.