Historia de amor de una estudiante francesa y un turista americano que se conocen en un tren y pasan un día juntos en Viena. El planteo argumental, los diálogos y las actuaciones superan el estereotipo. Los largos planos secuencias permiten conocer a los personajes. El film funciona como sueño bello, pero fugaz. Tal vez lo mejor que se puede decir del film es que no se parece estar hecho por un director americano porque, como decía Alain Resnais en I Want to Go Home (1989) los americanos son incapaces de hacer una película de amor.