Policial en el que dos jóvenes cultivadores de mariguana entran en guerra con un cartel de droga de México en Laguna Beach, California. Stone continúa su pretensión de “estar al día” de sus últimos films, ahora adaptando una novela policial reciente que ya incluye a Obama, Facebook y nuevas bandas musicales. Si el material original ya estaba pensado como film o, mejor dicho, pensado para un público acostumbrado al constante intercambio de imágenes, la adaptación agrega y quita muy poco. Es que no se puede salir del terreno de la fantasía ligeramente incorrecta, de los personajes de telenovela adolescente y de la trama policial sin variantes o tensión del que se propone como una simple actualización. Sólo cuando da espacio a los actores veteranos (Benicio Del Toro, Salma Hayek, hasta Travolta) capta algo de realismo entre tanto sol y filtro y cuando afila la crítica del lado de su frontera (la comida chatarra) encuentra algo de credibilidad. Stone está cada vez más condenado a imágenes de rápido consumo e inmediato olvido sin ningún tipo de dignidad.