Policial en el que un estafador rompe su auto camino a Las Vegas y mientras espera que lo arreglen le proponen matar a una mujer en un extraño pueblo de Arizona. Luego de la mala recepción de sus últimos tres trabajos, Stone baja los decibeles y acepta un producto de género. Pero la operación que intenta hacer con los arquetipos del film noir (femme fatale, intento de asesinato) y la estética del spaghetti western (agresivos primeros planos, música de Ennio Morricone) falla miserablemente . Principalmente porque el film carga con unos molestos estilismos en el montaje y la fotografía que tienden al subrayado y hacen imposible cualquier acercamiento al realismo o a la comedia. Más allá de que algún personaje supera la mera caricatura y en el fondo se observa la miseria de la América profunda, la trama se pierde en un humor absurdo inofensivo. El problema de Stone es que no puede dejar de tomarse en serio y ya a nadie le importa lo que tiene que decir.