Comedia dramática fantástica en la que un joven se casa con una chica que sufre una extraña enfermedad en los pulmones en Paris. Gondry sobrecarga el mundo imaginario de Boris Vian con efectos visuales artesanales, un surreal diseño de la ciudad y de los automóviles, paseos aéreos por Paris, escenas de bailes con las piernas alargadas y una boda bajo el agua. Tal vez no es lo que necesitaba la adaptación de la novela, a la que igualmente, en términos argumentales, se mantiene bastante fiel. Para cuando llega la curva descendente de la historia, la fotografía pierde colores, los personajes lucen cansados pero los hechos siguen siendo estrafalarios. El problema del film es que nunca, ni antes ni después, toca una fibra afectiva.