Adaptación de la serie radial The Green Hornet (1936-1952) en la que el heredero de un dueño de un periódico se convierte en un superhéroe enmascarado en Los Angeles. Luego de un año relativamente tranquilo para el subgénero, Iron Man 2 (2010) y Kick-Ass (2010), Hollywood vuelve con otra oleada de films de superhéroes. Pero en este caso entre el vehículo para el comediante Seth Rogen, la adaptación de una primera camada de superhéroes sin poderes sobrenaturales, la incorporación de un despistado Michel Gondry y un guión que trata de acumular gags y chistes, hay pocas chances de que el producto llegue a buen puerto. Si las dos primeras escenas, el prólogo del protagonista como niño que muestra la crueldad de su padre y el duelo dialéctico entre dos mafiosos, hacía intuir otros caminos, ya para cuando Gondry recurre a un segundo movie montage, el personaje de Rogen se comporta sencillamente como un imbécil, Cameron Diaz deja en claro que no tiene nada que aportar y las secuencias de acción siempre están fuera de timing, todas las esperanzas quedan abortadas. Las inseguridades de un autor cool, temeroso de que no lo tomen en serio, lo llevan a aceptar proyectos en los que tiene poco para dar.