Ken Park (2002)

Drama en el que cuatro adolescentes viven un pueblo de California a lo largo de 24 horas. Vuelve el dúo de Larry Clark y Harmony Korine con un film más radical y provocativo, si es posible, que Kids (1995), pero al mismo tiempo más comprensivo con sus personajes y con momentos más punzantes. Es un trabajo sucio alguien tiene que hacerlo. Si obviamos las gráficas escenas de sexo (simulado a fin de cuentas), las fantasías adolescentes de transgresión o los adultos siempre vistos de forma parcial, que generalmente lleva a una confusión sobre su cine, Clark plantea el conflicto central de la adolescencia como la ausencia o falta de…, que lleva al inevitable enfrentamiento con los que supuestamente lo tienen. Más allá de la vaguedad de la historia y de los temas, el film está repleto de situaciones que de tan honestas resultan incómodas: la charla del adolescente y la madre de su novia, el adolescente solitario que sale de su casa a jugar en la calle con niñas, el otro adolescente que llama a una chica por teléfono o la chica que presenta su novio a su padre en la mesa. Mucho más incómodas que la escenas de cunnilingus, de la chica que ata a su novio y llega el padre, de la masturbación y asfixia viendo un partido de tenis femenino, del padre borracho que abusa a su hijo dormido, del asesinato de los abuelos o de la orgía final (que resulta más un expresión de una fantasía). Tal vez Clark se sienta más cómodo con ciertas estructuras del género criminal y, en este caso, el material sea más acorde para la dirección de Korine. Pero eso no quita la valentía de la propuesta.