Dama criminal en el que dos parejas de drogadictos, una de adultos y otra de jóvenes, se prepara para dar un gran golpe en California en la década de 1970. El film comienza con posturas algo incómodas que poco aportan y transitando caminos ya recorridos por el cine negro. Pero hay que reconocer que el descubrimiento que hace el protagonista de un estilo de vida aparentemente fácil de llevar pero muy difícil de aceptar es impecable. La crudeza de algunas situaciones como las discusiones entre el mentor y el aprendiz o los asaltos que terminan mal hacen recordar al mejor John McNaughton, Normal Life (1996). Clark abandona el estilo semi documental e hiperrealista de Kids (1995), aunque igualmente utiliza una cámara en mano y a un ajustado montaje. Lo que sí agrega son algunos recursos más subjetivos como el ralentí, un fundido en negro luego de una pérdida de conocimiento o imágenes superpuestas para narrar la historia desde otro punto de vista. El atractivo visual lo mantiene intacto. La violencia es sucia y tiene impacto. Destacar la escena en la que el protagonista se ve ensangrentado o el montaje del tiroteo en el hotel que hace un gran uso del off visual. Larry Clark da un paso adelante que nos deja expectantes.