Película de acción en el que un policía de vacaciones debe rescatar a su esposa presa de unos terroristas que asaltan un edificio de Los Angeles durante las Navidades. Die Hard fija un modelo en cuanto al perfil del héroe, la concentración espacio temporal de la acción, el uso de la tecnología y los terroristas como villanos que marcaría al género de acción durante toda la década siguente. Pero la principal virtud es que nunca se toma muy en serio. Mucho sentido del humor yace en los pequeños detalles (la rosa que lastima a Bruce Willis, el poster de la mujer desnuda, la Oda a la alegría de Beethoven mientras los ladrones abren la bóveda) y en el retrato que hace de los periodistas, los policías y los agentes del FBI. La dirección de John McTiernan nunca baja el ritmo porque da la misma importancia a una charla matrimonial que a una espectacular explosión. El espacio vacío del edificio se llena con sangre, vidrios y una acción muy física.