Comedia de acción en la que el hermano gemelo de un espía asesinado de la CIA debe hacerse pasar por él para evitar la venta de un arma nuclear en New York. Como película de acción es bastante chata y convencional. Como comedia depende exclusivamente de los chistes del protagonista y de los previsibles enredos. Las cinco secuencias de acción, tiroteo en Praga donde muere el agente verdadero, ataque a un departamento de New York, tiroteo en un hotel con un poco de suspenso, persecución en auto (la mejor por cómo la cámara pasa y se desentiende) y clímax en la estación de trenes de New York, son bastante flojas. Lo peor de todo es lo asépticas y políticamente correctas que se han transformado las ficciones de Jerry Bruckheimer en cuanto al retrato de personajes y a la ausencia de violencia. El film no sólo no aprovecha la posición intermedia en la que se encuentra el protagonista para criticar también a los agentes de la CIA, sino que los glorifica. Patético resulta el retrato de los terroristas sudorosos y barbados y ver a Anthony Hopkins tirando one liners mientras mata terroristas. Visualmente el montaje precipitado y la cámara acelerada se acercan peligrosamente al terreno de Spy Game (2001). La resolución con una amenaza nuclear sobre New York es una colección de tópicos a los que se agrega la captura de la novia del protagonista.