Comedia dramática en la que un policía lisiado establece una relación con un vecino travesti en un edificio de New York. El plateo del film está adornado por varias subtramas: el robo de un dinero a un capo mafioso, el retrato de la comunidad gay lésbica, la imposibilidad del amor verdadero. Pero son muchas para un Schumacher que no permite profundizar nada, opta por un desarrollo previsible y se decanta por otra resolución conciliadora. Lo mejor del film son la ambientación (la oscuridad, suciedad, el encierro de los departamentos y calles de ciertos barrios de New York) y la puesta en escena de tono realista y cámara muy inquieta que capta a la perfección esa parte de la ciudad. Persiste en Schumacher la tendencia a subrayar lo obvio (al menos en este caso el sentido del humor aligera un poco la digestión). Sin embargo este film puede considerarse un giro en su carrera por una forma de combinar la tragedia, la comedia y el absurdo (que vagamente recuerda a Polanski). Y por recurrir a un bajo presupuesto luego de tantas mega producciones. La película confirma su mediocridad, pero al menos bajo otra envoltura.