Historia de amor de mujer casada con dos hijos y un obrero español ex convicto en Nîmes, al sur de Francia. Corsini opta por la gravedad de tono del melodrama, por cierta textura de los films de François Truffaut y por el tour de force emocional de Kristin Scott Thomas, pero esta vez le queda grande la propuesta. Es que al villanizar tanto al esposo de la protagonista (conexiones políticas, escenas de (no) sexo, la obliga a regresar a casa, es incapaz de asumir la pérdida) desmerece a los otros personajes y a la película. Así, el descubrimiento y la revelación de la protagonista, el tono impulsivo de todas las escenas y el manto de violencia de las relaciones va tomando un tamiz cada vez más reaccionario que ni siquiera la gran interpretación de Thomas, la ambigüedad en el retrato de la protagonista, la compresión del hijo mayor hacia la madre, la pizca de humanidad que aporta Sergi López y el prólogo que ya anuncia la tragedia pueden evitar. Corsini da un paso en falso en una hasta ahora sólida y ascendente obra. Su acercamiento al amor destructivo que queda lejos todavía de Breillat.