Cuento de terror en el que una estudiante de filosofía es mordida y transformada en vampira en New York. Ferrara hace tal vez su película más existencialista. Se combinan las dos etapas de su obra: la sordidez y el horror de sus primeros films y el refinamiento estético y conceptual de la actual. Si a eso le sumamos cierto aire experimental en la puesta en escena, The Addiction se convierte en uno de sus mejores trabajos que, al mismo tiempo, cuestiona muchas de sus creencias. Ferrara utiliza el vampirismo como metáfora del sexo (transformación), de la droga (adicción a la sangre) y de la religión (pecado y pecador), pero no se queda ahí, sino también como metáfora del saber (descripción de la biblioteca), de la educación (la fiesta de graduación) y de la sociedad (la posibilidad de cambio). En definitiva, el más cronenberiano de los films de Ferrara (a partir de la descripción de una enfermedad aunque el trayecto no sea lineal) nos habla del dilema eterno de la búsqueda de algo más grande que nosotros mismos.