Historia de amor de un joven italiano y una chica china en medio de una lucha entre las respectivas pandillas a las que pertenecen en los barrios bajos de New York. Este film supone el salto cualitativo que la obra de Ferrara necesitaba. Al mismo tiempo que refuerza su filiación con el cine de Scorsese a partir de esa mezcla de estilización (por ejemplo: el uso de las luces) y realismo (por ejemplo: los travellings en las calles). El romance se muestra en apenas cinco escenas, en las que se destaca el uso de los fundidos después del primer beso y la escena de sexo. El resto del film lo componen las luchas internas de las pandillas, los ataques y las venganzas que siguen los esquemas del cine de mafiosos de poca monta. La resolución es aún más trágica que la de West Side Story (1961). Ferrara debe cuidar todavía su fama de expeditivo y apocalíptico.