Cuento de terror en el que una joven sexualmente reprimida queda sola en su departamento de Londres y empieza a alucinar. El film nunca pierde el cuidadoso estudio del personaje, el anclaje en la realidad y la base dramática seria, pero progresivamente va ganando horrorosas derivaciones a través de las alucinaciones: la locura, la muerte y el ambiente claustrofóbico. Roman Polanski hace un gran uso de los sonidos (los tic tac del reloj) y de los silencios (en violaciones imaginadas) para meternos al final en la perturbada mente de la protagonista.