Drama bélico en el que un capellán militar es capturado por soldados rusos en el frente oriental durante la segunda guerra mundial. Rossellini culmina su ciclo de películas de propaganda con los rusos hablando italiano, una forzada inclusión de la religión en el conflicto y unos personajes que no terminan de aparecer. Más allá de las impresionantes secuencias de combate y el hecho de que ya se intuye la derrota del Eje, tampoco es la mejor forma.