Comedia dramática en la que una actriz de telenovelas recibe la visita de una amiga divorciada en su mansión de Beverly Hills. Paul Bartel continúa su satírica exposición de los rituales burgueses americanos con unos diálogos filosos, unos personajes excéntricos y el sexo presente en todo momento. Su postura nunca cae en la condescendencia o la misantropía. En el film hay lugar desde referencias a Shakespeare (el fantasma del esposo que se le aparece a la protagonista) hasta la pornografía en video (la película en la que aparece uno de los personajes).