Ensayo que medita sobre la historia y algunos lugares que fueron cuna de la civilización occidental mientras que un crucero recorre el Mar Mediterráneo. La secuencia de créditos, con las abultadas secciones Textos, Videos y Audios, ya nos avisa que la película va a ser un sucesión incansable de citas y de montajes con los que Godard se siente tan cómodo haciendo cine últimamente. En ese sentido es uno de sus films más radicales, vanguardistas e impenetrables. Lamentablemente el leve pacto ficcional de Notre musique (2004) está ausente. Ya no le pedimos una historia o un conflicto, pero al menos un deseo o una meta. No hay nada de ello aquí. Siempre me he preguntado si Godard hace estos films con una idea o se sienta en la sala de montaje y ahí arma todo. Me inclino por la segunda opción. Lo único que queda en el recuerdo son las disruptivas imágenes de personas bailando en el crucero y el niño con inclinaciones artísticas en algún lugar del sur de Francia.