Drama en el que una descendiente de Shakespeare está en busca del arte perdido en Suiza. Está extraña reinterpretación de la tragedia de Shakespeare es una meditación sobre el arte, el cine, la realidad y la imagen, que por momentos parece recuperar el sentido del humor y la destreza visual del Godard de los años sesenta. Pero la negación de lo extraordinario y las rupturas del pacto de ficción no tienen el mismo efecto. Lo que queda es una comedia sin gracia y un drama sin tragedia.