Drama en el que un director de televisión, su novia ciclista y una prostituta se cruzan en el montaje que propone Godard en Ginebra. La dicotomía entre el trabajo y la vida personal ocupa un primer plano. Hay un profundo descontento con la situación política actual. La constante utilización del ralentí y la imagen congelada le dan al film un ritmo particular y extraño.