Drama en el que un director se hace cargo de un jardín de infantes en un pueblo del norte de Francia. Bertrand Tavernier acierta al presentar los conflictos sin caer en golpes bajos, la madre que no puede mantener a sus hijos, el chico golpeado en casa, los problemas familiares del protagonista. Pese a que el tono es más cercano al documental que la ficción deja lugar para la esperanza con el final que muestra a unos niños jugando.