Policial en el que un relojero se entera que su hijo cometió un crimen en Lyon. Ya en su ópera prima Tavernier trata de conciliar el realismo con el estilismo, las actuaciones con el género, la sutileza con la denuncia. El gran mérito es que utiliza la ciudad como gigantesco escenario. El problema es que la mujer siempre queda afuera y que los lugares de la realidad que elige lo encierran. Tal vez sea producto de una inseguridad más profunda.