Documental en el que Agnès Varda repasa su vida y su obra volviendo a lugares donde pasó. Luego de su “reinvención” con Les glaneurs et la glaneuse (2000), Varda sigue explorando las posibilidades del autorretrato. La utilización de la voz en off tiene una extraña mezcla de cordialidad, leve ironía y autocrítica, aun manteniendo cierta formalidad. El tono emotivo de los reencuentros con viejos amigos, de la búsqueda de significados a ciertos objetos y de las reflexiones sobre la pérdida y la ausencia no cae nunca en el sentimentalismo. Algunos aspectos reveladores sobre su obra, su inexperiencia con el cine (afirma haber visto sólo un puñado de films antes de realizar su primero) , su relación con la nouvelle vague, el rodaje de Jacquot de Nantes (1991), refuerzan su condición de artista intuitiva. Luego de pasar por Bélgica, Paris, Los Angeles, Cuba y China y de ver a Fidel Castro, las manifestaciones de las Panteras Negras y a Jim Morrison, el film es un pequeño retrato del siglo XX. Varda es otra directora que llegando a los 80 años mantiene una plena vitalidad.