Drama en el que un hombre aparece en el desierto de Texas luego de cuatro años desaparecido a causa de la separación de su esposa, su hermano lo lleva su casa en Los Angeles y se reencuentra con su hijo. La cámara de Wenders muestra la misma América de siempre, pero sus imágenes le agregan otro significado. El movimiento tiene una noción de vida. En algunas escenas Wenders hace de la sutileza un elemento casi perturbador. Hay momentos de una delicadeza que parece mentira que la cámara pudo captar. El final es agridulce como pocos.