Drama en el que un hombre sin ningún contacto con el mundo aparece en Núremberg en 1828. Basado en un caso real. Herzog aprovecha un excelente punto de partida y el crecimiento intelectual del protagonista para presentar una visión completamente diferente de las cosas y del mundo. Narra la historia con una asombrosa parsimonia, no lentitud, que repara constantemente en los bellos paisajes. La resolución viene con una muerte que no hace más que potenciar el enigma sobre el origen del personaje.