Policial en el que a un animador de bingo y detective privado aficionado le encargan un trabajo sobre tráfico de armas y drogas en Liverpool. Frears realiza un homenaje al film noir, desde la estética de secuencia de créditos, el uso del narrador en off, la trama un poco confusa, hasta la velocidad de los diálogos. Pero se pierde en la arrogancia clown del protagonista, en la falta de violencia y peligro y en una puesta en escena demasiado chata.
