Thriller en el que un escritor de obras de teatro que pasa un mal momento planea matar a un aspirante a dramaturgo para quedarse con su material en New York. La película, basada en una obra de teatro de Ira Levin, está divida en dos actos. En el primero está bien llevado e incluye un giro mayúsculo justo al final. Al segundo le faltan ideas, aunque intenta reflexionar sobre los mecanismos del género policial. Lo mejor resultan los afilados diálogos, aunque el trabajo de cámara que hace Lumet no se queda atrás. La resolución va a ser tomada desvergonzadamente por Jim Wynorski en Body Chemistry III (1994).