Musical en el que el ascenso de una nueva Estrella genera la caída en el alcohol de su esposo agente en Hollywood. Más allá de algunos momentos inspirados como las recreaciones realistas de las fiestas y premieres o la escena en que James Mason decide suicidarse, el film resulta excesivo, largo y tedioso. Lo peor, sin dudas, es una Judy Garland que en este film parece que no sabe cantar, actuar o bailar. Sus escenas “dramáticas” resultan tan sobreactuadas como insoportables.