Road movie en el que un padre e hijo de California hacen un viaje hacia un cráter en Idaho, en paralelo con la llegada del hombre a la Luna en 1969. A través de un recurso tan simple (pero pocas veces utilizado bien) como el montaje paralelo y de otro que el cine pocas veces se ha atrevido a utilizar (la ruptura de la horizontalidad de la pantalla), Medak logra emocionar en la resolución.