Cuento de terror en el que un profesor de música se muda a una casa encantada por el espíritu de un niño en Seattle. El film construye una atmósfera de terror y una trama de suspenso sin necesidad de sangre o secuencias de acción. Para ello utiliza varios de los recursos del género de terror con una perturbadora simpleza: los indicios de la presencia de fantasmas, una sesión de invocación, flashbacks y pesadillas. Pero no se queda sólo en ellos. También hay que destacar la terrorífica entidad que va ganando la escalera.