Thriller de ciencia ficción en el que un policía regula los viajes en el tiempo hacia el pasado para evitar los robos de riquezas en Washington DC. La película tiene un arranque atractivo, con el prólogo en 1863, la muerte de la esposa del protagonista y el pasaje por Wall Street en 1929, pero la flaqueza de la historia hace recurrir con demasiada frecuencia a las patadas y el (supuesto) sentido del humor de Jean-Claude Van Damme. Es una lástima que el film no profundice en la alteración de la realidad o en una veta fantástica más delirante.