Spaghetti western en el que un pistolero condenado es contratado para matar a un ranchero en California. Los western de Hellman son capaces de introducir la contingencia y el tiempo, aún en este caso con concesiones al sexo y a la violencia más elevadas de lo habitual. De esta forma puede ser respetuoso de los personajes (a retener el gesto de Jenny Agutter) y desarrollar su estilo visual con un impresionante uso del scope.