Biopic del boxeador Jake La Motta que establece un contraste en entre su vida profesional y personal desde 1941 hasta 1964 en New York. El punto de vista subjetivo del relato no impide una impecable reconstrucción de la historia donde se destaca especialmente las secuencias casi surreales de las peleas. La película desnuda a un personaje que tomó la vida como un combate sin medir los daños físicos y emocionales que les causó a sus rivales, pero también a sus seres queridos. En ese sentido, en ningún momento trata de redimirlo o justificarlo.