Drama en el que un juez cuida de su hermana con problemas psiquiátricos en un departamento de Roma. Bellocchio vuelve a la familia y la locura de su ópera prima ahora con unos personajes un poco más adultos. La primera parte del film puede desprender cierta sensación de ajenidad y desconcertar un poco por la presencia de unos niños en el mismo departamento, pero poco a poco el film nos va metiendo en una relación de amor odio entre hermanos, siempre con la cuestión de poder de fondo. En ese sentido la aparición del personaje de Michele Placido, un actor en los bordes de la marginalidad, le da al film y a la trama ese punto de fuga que necesita. Y el humor soterrado empieza a surgir con más consistencia cuando el personaje de Michel Piccoli empieza a notar que nadie le hace caso en su casa.
