Drama bélico en el que una familia sobrevive a los bombardeos nazis en Londres durante la segunda guerra mundial. Hay que agradecer el tono desdramatizador y las nada forzadas inserciones de comedia que hace John Boorman. Tal es así que rescata algunos bellos momentos en medio del horror de la guerra: los juegos de espías que hacen los niños, la hermana que conoce a un novio, la familia que se une. Si bien por otros momentos parece perderse en la nadería habitual del cine inglés logra un final casi poético (aunque Polanski tal vez tenga otro recuerdos de la guerra).