Comedia de ciencia ficción en la que una línea de muñecos de juguete cobra vida propia y desata una batalla en un vecindario de Cleveland. El film funciona como una sátira de la sociedad consumista, como una parodia del género bélico (con muñecos haciendo de soldados), como un festín cinéfilo con referencias que van desde Frankenstein (1931) a Dr. Strangelove (1964) y Patton (1970), y como un entretenimiento puro y sin pretensiones en la misma línea que Gremlins (1984). Algunos apuntes inteligentes como la madre alcohólica a la que nada le importa y la chica que descubre cierta afición por la violencia al destrozar sus muñecas elevan el target del producto. La combinación de efectos visuales y de criaturas es tan impresionante como la de Jurassic Park (1993). Destacar las secuencias de la persecución en bicicleta y los disparos en la calle. Sin embargo, algunas fallas como la insistencia en el chiste inteligente y la cita sofisticada hacen perder el ritmo al de por sí frágil concepto fantástico de la historia, y un final demasiado esperpéntico y descarrilado hacen perder la agudeza y sutileza del film.